Hace ya algunos años, en tiempos de la dictadura franquista,
los vecinos de Tobos pusieron dinero para construir un puente para atravesar el
río Zumeta. Cada vecino puso unos jornales (que luego, curiosamente, cobró la administración)
para colaborar con tal fin. No duró ni un año, la crecida del invierno
siguiente se lo llevó. Todavía quedan algunos restos. Desde entonces, el puente ha consistido en uno o varios maderos
hasta llegar al actual, con épocas entre medio sin él. El nombre no es por el emperador romano, sino por el albañil encargado de las obras.
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