sábado, 26 de febrero de 2011

El CÓDIGO POSTAL Y LA LOTERÍA

Ya apenas escribimos cartas. Por si acaso, necesitaríamos conocer el código postal. Pues bien, el código postal de Tobos es 23294. Parece un número de lotería; lo es, en el sorteo de Navidad de 2010 le correspondieron 100 euros al décimo.  Los años en que ha estado más cerca que le toque el gordo han sido: 1814 (23.892), 1861 (23.033), 1971 ( 23.238) y 1981 (23.786). Según esto, el 2011 es un buen año para que toque en un veintitrés mil (fijaos en que ha ocurrido en tres años en que terminaban en uno y en que todos los números en que ha tocado tienen dos unos). Son solo simples coincidencias, ¿o no?
  Para recordarlo, yo por lo menos no me lo sé, os ofrezco varias reglas mnemotécnicas:
 23 de febrero del 94.
Un 23 y un 24 y un 9 que da por saco.
De 23 a 29 no van 4.

Ahora os dejo una imagen de La Huelga del colmenar. Os propongo un juego de agudeza visual: tratad de ver el agua del río.

miércoles, 23 de febrero de 2011

LOS FUGAOS V

Caminaban siempre en fila y separados por una distancia de seguridad. Siempre lo hacían por fuera del camino. Cuando salió el sol decidieron descansar, estaban agotados. La inquietud se apoderaba del grupo, en aquellos momentos no sabían todavía si su compañero Salvador Lozano, Martín, que les había abandonado en Sierra Nevada, se había entregado ya a la guardia civil y les había delatado. Una de las pocas posibilidades de sobrevivir que tenían estos guerrilleros era entregarse y traicionar a sus compañeros. Y todo con mucha suerte, pues la Ley de Fugas[1] se había revitalizado y en muchos casos se aplicó. De hecho, Martín sería colaborador del teniente Prieto, oficial de la guardia civil que se encargaba de la persecución. Afortunadamente para ellos, Martín se entregó el 17 de junio, más de diez días después de que ellos comenzaran su marcha. Les dio una ventaja que a la larga sería decisiva para escapar.
Sus mapas eran precarios, su conocimiento del terreno escaso, por tanto, la casualidad fue la que les llevó a la aldea de las Fontanillas. Y ocultos entre los chaparros vieron la posibilidad de aprovisionarse en el cortijo. (continuará)


[1] La ley de fugas autoriza a las fuerzas de seguridad del Estado a disparar si un prisionero intenta escapar, esta ley ya se había aplicado en el siglo XIX contra el bandolerismo y a principios del XX contra los sindicalistas.  A veces encubrió verdaderos asesinatos sin juicio previo. El insigne escritor Valle Inclán atacará esta práctica en su obra Luces de Bohemia.


viernes, 18 de febrero de 2011

LOS FUGAOS IV

Venían de Huéscar según todos los indicios. El primer planteamiento que procede en esta historia es cómo llegaron a las Fontanillas, aldea, que por su ubicación, no es visible desde lejos.  Estudiando las posibles alternativas, se puede  llegar a algunas conclusiones. En primer lugar, es necesario tener en cuenta  que para llegar al cortijo tuvieron que franquear el pueblo de Santiago: un núcleo habitado (mucha más población que actualmente) y con cuartel de la guardia civil. Por el norte, las aldeas de la Vega son un obstáculo por las miradas indiscretas. Estamos en  el mes de junio, los días son largos y en las huertas se estarían haciendo las faenas agrícolas. Si esquivamos  la Vega y sus aldeas, supondría caminar por la Cañada, nos encontramos con un terreno abrupto que dificultaría la marcha y quizás supusiera alejarnos demasiado del objetivo perseguido. Podemos comprobar en un atlas que si trazamos una línea recta hacia el norte desde Huéscar, inevitablemente pasaría por Santiago o muy cerca. Según las investigaciones de varios historiadores su objetivo era ese, atravesar los Pirineos, es decir, dirigirse siempre hacia el norte. Nos queda la alternativa de esquivar el pueblo por el sur. Sería la más lógica (siempre desde nuestra perspectiva pues este aspecto no ha sido investigado por nadie, que yo sepa). Si este grupo guerrillero conocía la Sierra de Cazorla y también la zona del Pinar y la Puebla de don Fadrique (donde habían realizado un secuestro), seguro que barajaron todas las alternativas. Es necesario advertir de que  los actuales pinares no corresponden a los de la época, ya que muchos proceden de la repoblación (de las fajas, como se conoce por muchos). Conocedores del terreno, la ruta ideal  sería descender por la Losa y por el Pinar,después siguiendo el curso del Zumeta, con la vista de Santiago al frente, dejar el pueblo atrás y buscar la provincia de Albacete. La vegetación sería un aliado para estos hombres furtivos. Sobrevivientes afortunados, muchos de sus compañeros habían sido abatidos por la Benemérita (nombre popular que recibe la guardia civil y que se  oficializa al concedérsele la Cruz de la Benificiencia por orden de 4 de octubre de 1929) . Nada  más dejar Santiago atrás, sin exponerse en Los Collados, zona de escaso bosque y con tierras de labor, cruzarían hacia el norte por los chaparrales de Cuesta grande. Si hubieran bajado más abajo su encuentro normal, por lo menos a él conduce el camino,  hubiera sido el Cortijo del Vado, y estaríamos hablando de otra historia. Recordemos que este camino era el más transitado (era el más corto) para muchos de los habitantes de las aldeas cuando subían a Santiago, tal vez no fuera buena opción seguirlo. Señalemos que en su marcha estaba establecido caminar de noche y ocultarse de día. El día anterior pudieron estar escondidos  entre los pinos, en la provincia de Granada, y observaron los movimientos de la población, a partir de ahí sacaron conclusiones. Sus mapas, los de una enciclopedia de segundo grado, tampoco eran muy precisos, y solo aportaban una idea muy difusa del camino a seguir que confirmaría la Estrella Polar. El norte les guiaba al camino que iba de las Fontanillas a Santiago. Encontraron el que bajaba por el río, lo descartaron (era más transitado y no se dirigía al norte) y ocultos en los chaparrales siguieron hasta encontrar el que bajaba a las Fontanillas.  Lo siguieron, era de noche y es fácil perderse, hasta dar con el cortijo. Por la distancia, más de tres horas de camino desde el punto origen hasta el cortijo, tal vez vieran el cortijo al salir el sol. Las noches en el mes de junio son cortas; no conocían el medio (todos sabemos lo fácil que es perderse de noche) y al cortijo llegaron al anochecer, según los testimonios orales que he podido recoger. Por tanto, la noche de antes caminaron y al divisar el cortijo (posiblemente al ser de día) se ocultaron en los chaparrales del Majal de la Ceniza y esperaron oportunidades para proseguir su camino. Claro, todo esto son especulaciones de un historiador aficionado a la literatura. (continuará)


jueves, 17 de febrero de 2011

LA CONDESA DE TOBOS

Se trata del título de un libro del escritor chileno Jaime Valdivieso. De momento no puedo contaros nada más. No sé de qué va. Me pareció curioso el título y aquí lo he traído.

lunes, 14 de febrero de 2011

LA ESCUELA DE TOBOS

Mirad que foto de la escuela de Tobos de 1950. ¿Conocéis a alguien? Yo solo a unos pocos. Echadle un vistazo. Yo creo que está tomada en la casa de la Severa, dónde antiguamente estuvo la escuela de Tobos. La escuela también pasó por el Nacimeinto (en las casas de abajo) y por la casa actual de Sabas y la Eusebia, que yo sepa. Esta foto está colgada en el álbum alojado en Picassa del colegio público Santiago Apostol de Santiago de la Espada. A ellos debemos  agradecerles el rescate de este testimonio.

sábado, 12 de febrero de 2011

LOS FUGAOS III

 El camino se empinaba, y tras vueltas y revueltas, divisábamos el cortijo. Las Fontanillas debían su nombre a una pequeña fuente debajo del caserío. El diminuto manantial alimentaba una balsa que daba riego a una pequeña huerta. Bancales levantados con mucho esfuerzo y sudor, como atestiguaban las perfectas paratas que los sostenían: piedras, algunas de gran tamaño,  perfectamente encajadas y sin unión alguna. En la aldea nunca vivieron más de cuatro vecinos, todos emparentados en un menor o mayor grado. Los rebaños de ovejas y el cultivo de los cuatro palmos de tierra eran su sustento. Una vida tranquila y de trabajo de sol a sol.  El cortijo era lugar de paso hacia Santigo de la Espada, pero también para muchas tinás de los alrededores.
Hacía junio de 1952 la aldea sufrió uno de los mayores sobresaltos de su historia. El maquis, para los lugareños Los Fugaos, llegó a aquellas tierras perdidas y olvidadas. Era el mes de junio, posiblemente algún día de la primera quincena… (continuará)

martes, 8 de febrero de 2011

LOS FUGAOS II

...Todavía se recuerda cuando se desgajaron algunas piedras que sembraron la tragedia entre los vecinos. Se cuenta que en la Casa Vieja (por encima de las Habas y el Tornajo), dos hermanas murieron sepultadas por los peñascos desprendidos. Alguna de ellas, dicen, que nunca fue sacada.  Desde El Portillo un camino serpenteante acompañaba al barranco del Morenal, que allí cambiaba su nombre para convertirse en el barranco de los Torcalitos, que desciende hasta desembocar en el río (el punto de división se situaría, más o menos, en el lugar conocido por La Trinchera). Salvo en alguna ocasión en invierno, siempre bajaba seco, pero en sus piedras calizas quedan extrañas figuras labradas por el ímpetu del agua. Ascendíamos hasta llegar al Horcajico, del que  algunas tejas y piedras con cal,  casi enterrados por la vegetación, nos hablan de que antes hubo  una tiná para encerrar el ganado. Un poco más arriba, justo en la confluencia de dos barrancos, el camino se dividía. El de la derecha conducía a la aldea del Morenal, y más arriba, la tina de los Forestales; el de la izquierda nos transportaba hasta la aldea de las Fontanillas, y desde allí, a dos horas de camino, Santiago de la Espada. Era la alternativa utilizada en invierno cuando el Zumeta bajaba crecido. Más larga pero más segura que exponerse a las aguas del río con las caballerías cargadas. Alguna bestia se había ahogado al intentar cruzar las aguas después de algún temporal. (continuará)
Aquí puedes ver el recorrido desde la salida (A) a separación de los caminos (B):

Aquí puedes apreciar la ruta seguida con más detalle:
http://maps.google.es/maps/mm?hl=es&q=santiago+pontones&ie=UTF8&hq=&hnear=Santiago-Pontones,+Ja%C3%A9n,+Andaluc%C3%ADa&gl=es&t=h&ll=38.145189,-2.493896&spn=0.015795,0.042186&z=15